Qué hacer y qué no hacer en el gimnasio
No todo el mundo conoce el protocolo de gimnasio, sobre todo los que acaban de empezar y nunca antes habían estado en contacto con el mundo de las pesas. Si ese es tu caso, a continuación encontrarás algunas reglas básicas que deberás seguir para cumplir con el protocolo de actuación básico en el gimnasio.
Deja las pesas en su sitio
No hay nada más frustrante que ir a por un par de mancuernas para hacer un ejercicio y encontrar solo una del peso que necesitas en el mancuernero, lo que implica tener que malgastar tu tiempo buscando la otra mancuerna por toda la sala de pesas. Cuando acabes de usar las mancuernas, vuelve a dejarlas en su sitio, es decir, en el mancuernero, no tiradas en el suelo.
Además, dejar las mancuernas tiradas por el suelo puede hacer que alguien pueda tropezarse con ellas y pueda incluso lesionarse. ¿Te gustaría que te pasara a ti? Seguro que no, así que déjalas en su sitio cuando ya no las vayas a utilizar, por tu bien y por el de los demás
Limpia el equipo después de usarlo
Todos sudamos un poco cuando hacemos ejercicio, y precisamente por eso hay que limpiar el equipo que hemos usado, sobre todo el asiento y el respaldo de los bancos y máquinas de gimnasio. De esa forma, la persona que venga detrás de ti se encontrará el equipo tal y como te lo encontraste tú, limpio y seco.
Mantén una buena higiene
Mantener una buena higiene es fundamental para que el gimnasio sea un lugar más agradable y limpio, tanto para ti como para el resto de asistentes. Dedica unos segundos a limpiar el equipo que gastes y, obviamente, ve al gimnasio limpio y con la ropa lavada.
Respeta el espacio personal de los demás
En un gimnasio puede llegar a haber mucha gente y en un momento dado te puedes encontrar con mucha gente a tu alrededor. En los momentos de mayor aglomeración, intenta buscar un hueco para hacer tus ejercicios sin molestar a los demás, siempre intentando no invadir el espacio personal de los demás
Deja las máquinas como estaban
Al igual que ocurre con las mancuernas, también hay que dejar las máquinas como estaban (sin peso) para que la persona que venga detrás pueda ponerse el peso que quiera libremente. Por ejemplo, si acabas de hacer prensa con 300 kilos, quita todos los discos cuando acabes, porque puede que la persona que vaya a utilizar la máquina después de ti solo quiera ponerse 10 kilos a cada lado, por lo que le tocará descargar todos los discos que tú has dejado ahí.
Pide ayuda si la necesitas
Todos hemos sido principiantes alguna vez, así que no tengas miedo de pedir ayuda o de que alguien te enseñe a utilizar una máquina. Además, pedir ayuda puede ser una buena forma de entablar conversación con otros miembros del gimnasio.
No tapes la vista de nadie
Normalmente, a la gente que va al gimnasio le gusta mirarse en el espejo mientras hace un ejercicio, entre otras cosas para comprobar que está utilizando la técnica correcta. Si tú también quieres entrenar frente al espejo para comprobar tu técnica, intenta no ponerte delante de los demás para no molestar.
No acapares las máquinas
En las horas de mayor afluencia de los gimnasios, el equipo suele quedarse corto y a veces es necesario compartir las máquinas o mancuernas para que todos puedan seguir con sus entrenamientos de una forma fluida y positiva. No acapares las máquinas durante demasiado tiempo y, sobre todo, no te quedes sentado entre series impidiendo que otros puedan utilizarla durante tus descansos. Intenta compartir las máquinas y túrnate con otros compañeros si te lo piden, así podrás incluso entablar conversación y conocer gente nueva.
No te quedes mirando
Recordando la “gymtimidation” antes mencionada, las primeras semanas de gimnasio o retomar los entrenamientos después de un largo periodo de descanso puede ser un tanto intimidante para algunas personas. Si ya llevas un tiempo entrenando, sé empático con los demás y recuerda que tú también pasaste por esa misma situación. Sé amable y ayuda a quien pueda necesitarlo con una sonrisa.
No llegues tarde a las clases
Si te has apuntado a una clase en grupo, la puntualidad es fundamental. Si llegas 10 minutos antes, tendrás tiempo para preguntar cualquier duda que tengas y el profesor podrá ayudarte antes de que lleguen los demás. Si crees que vas a llegar tarde o no vas a poder asistir, intenta comunicarlo al gimnasio con antelación para que otra persona pueda ocupar tu vacante.
No interrumpas a los demás
Seguro que alguna vez te ha pasado eso de estar haciendo un ejercicio y que alguien te interrumpa a mitad de serie para preguntarte cuánto te falta. Eso no está bien y puede hacer que mucha gente se sienta incómoda. Si quieres utilizar una máquina que está ocupada, espera a que la persona acabe su serie y, cuando esté descansando, pregúntale si puedes utilizarla tú después o si podéis turnaros. Intenta no hacer sentir incómoda a la gente.
Conclusión
Es importante conocer y cumplir el protocolo de gimnasio para garantizar que todo el mundo pueda entrenar bien y para que el gimnasio sea un espacio seguro y cómodo para todos.
Estos pequeños actos de amabilidad y respeto pueden hacer sentir mucho mejor al resto de asistentes, pero sobre todo a las personas que son nuevas en el gimnasio o que vuelven después de un tiempo de inactividad. Básicamente, se trata de mostrar respeto y tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros.